VOCABULARIO Y APUNTES

Alberto Molina, Tomares, Sevilla

jueves, 1 de marzo de 2012

GRÁFICA DE LA EVOLUCIÓN DE LA TASA DE NATALIDAD Y MORTALIDAD EN EL SIGLO XX

 
- Evolución de la natalidad, mortalidad y crecimiento vegetativo de la población española.
- Factores socioeconómicos que han influido en esta evolución.


Nos encontramos ante un doble diagrama de línea continua en el que se nos muestran los datos de natalidad y mortalidad referidos a España entre los años 1900 y 1995. Al aparecer ambas líneas de forma paralela, es fácil visualizar el estado en cada momento del crecimiento vegetativo, al estar representado por la franja que queda entre ambas líneas.
En líneas generales, podemos observar como, salvo en algunos momentos puntuales, el fenómeno más apreciable de la evolución demográfica española en el último siglo es el descenso tanto de la natalidad como de la mortalidad, manteniéndose la primera siempre por encima de la segunda, lo que ha permitido un crecimiento vegetativo bastante constante; esta tendencia, sin embargo, se rompe en los últimos años, ya que los porcentajes de natalidad y mortalidad tienden a unirse, llegando al crecimiento 0.
La natalidad registra su índice más alto en los inicios del siglo (en torno al 35 por mil), momento a partir del cual empieza a descender, de una forma bastante constante hasta 1920. Se aprecia entonces un ligero repunte, motivado por la situación económica alcista posterior a la I Guerra Mundial, repunte al que seguirá un acusado descenso en los años de la Guerra Civil (1936-1939), momento en el que se sitúa en el 20 por mil. Inmediatamente después de la Guerra, la natalidad vuelve a crecer (25 por mil en 1940), viviendo a continuación un quinquenio de subidas y bajadas, para, a partir de 1945, estabilizarse en torno al 20 por mil. Desde 1973, la natalidad va a experimentar una caída muy acusada, hasta situarse en el 10 por mil de 1995. Las causas de este descenso habría que buscarlas, en primer lugar, en la crisis económica iniciada en 1973, y, en los años posteriores, en razones más de tipo social y cultural: incorporación de la mujer al mundo laboral, extensión de los anticonceptivos, retraso en la edad de la primera maternidad, etc.
Por lo que respecta a la mortalidad, mantiene su índice, entre 1900 y 1919, entre el 23 y el 27 por mil. En 1919 experimenta un espectacular crecimiento, situándose en el 31 por mil, y superando a la natalidad, como consecuencia de la gravísima y muy contagiosa epidemia de gripe que ese año asoló prácticamente toda Europa. Paso este año, vuelve a descender hasta los niveles anteriores, iniciándose entonces una caída, derivada de la mejora en las condiciones generales de vida, que lleva al índice del 18 por mil en el año 1936. Desde año, y hasta 1939, se aprecia un nuevo crecimiento (hasta el 21 por mil), como consecuencia de la Guerra Civil. De nuevo, acabada ésta, se inicia un descenso paulatino, estabilizándose el índice desde 1960 y hasta 1995 en cifras inferiores al 10 por mil. Las causas, de nuevo, hay que buscarlas en la mejora de las condiciones materiales de vida y en los avances médico-sanitarios.
Con esto, puede concluirse que España, en el último siglo, ha experimentado la evolución demográfica típica de los países desarrollados. En los años iniciales del siglo encontramos un régimen demográfico joven, con altísima natalidad (en torno al 30 por mil), y mortalidad media con tendencia a bajar. Desde los años 50, el régimen demográfico sería el moderno, con porcentajes de natalidad en torno al 20 por mil y de mortalidad en torno al 10 por mil. Hasta este momento, el crecimiento vegetativo es elevado.
En la actualidad, España se encontraría dentro del régimen moderno evolucionado, con la natalidad y la mortalidad por debajo del 10 por mil, y un crecimiento vegetativo prácticamente inapreciable o incluso negativo. La tendencia se mantiene en la actualidad.

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